A Paco Molina Aranda, (In memorian)

Me duele tu ausencia

Qué impacto tan grande sentí
cuando al teléfono me dijo Paquita
Paco Molina ha muerto.
Sentí un frio por dentro
y la sensación, otra vez vivida,
de sentirme huérfana,
aunque ya lo era.

Poco fue el contacto,
pocos los encuentros,
larga la distancia,
y a esto se agregaba
este tiempo adulto
que poco ayuda
para que podamos estar
con quienes queremos.

Pero aún así
hubo un sentimiento,
una cercanía
de proximidad casi familiar.

Eras para mí,
de toda España,
esa fiel persona
que sabía yo
que se preocupaba
por mi existencia
y mi bienestar.

Que de vez en cuando
solía llamarme
o escribirme algo
para enterarse
de cómo me iba.
Como ese padre
al que le preocupa
que su hija esté bien
esté donde esté.

Tal vez no lo dije,
tal vez lo sentiste,
que eras para mí
en mi sentimiento
más padre que amigo.

Me sentía así
estando contigo
porque no tenía
la necesidad
de explicarte nunca
quién era,
de dónde venía
y cuál era mi origen.

Para ti yo era
quien siempre he sido.
Sin explicaciones
de esas que hay que dar
a otros
porque al escucharte
hablar diferente
siempre te preguntan
¿tú de dónde eres?

Nunca preguntaste,
siempre lo supiste;
más bien al contrario,
a mí me dejaste
la mejor herencia:
me diste mi origen,
esa otra mitad
que desconocía
y llevo en la sangre.

Gracias a ti pude
saber
quién en realidad
Dios me dio por padre.

De ti me despido
con fuerte dolor,
y tu ausencia es
como estar de nuevo
viviendo otra vez
el sentirme huérfana.

Me duele tu ausencia.
Te siento tan cerca.

Migla Burgos Gómez.
Alicante, 18 de Junio de 2010.