martes, septiembre 01, 2009

Desde hoy, se han terminado oficialmente las bombillas incandescentes de 100 vatios.

De acuerdo con la Energy Saving Trust, esto es un pequeño paso para Europa y un gran paso para la humanidad. La meta es la eliminación en el 2012 de toda las lámparas incandescentes y de bajo rendimiento.
El calendario de prohibiciones continuará así: en septiembre de 2010 ya no existirán las bombillas de más de 75 vatios y en el 2011 se eliminarán del mercado las de 60 vatios. A partir de ahora sólo nos iluminaremos con lámparas compactas fluorescentes (bombillas de ahorro de energía) que consumen un 80 por ciento menos de electricidad que las versiones de Edison.
Todo esto a pesar de unos cuantos que lo consideran un sustituto un tanto limitado de encanto.
Tardan un poco más en alcanzar la iluminación total, la luz que emiten tiende a ser verdosa y -a juicio de la articulista del The Times, Natalie Haynes- podría hacer que nuestros hogares parezcan quirófanos en un gulag. Cuestión de costumbre.
Las bombillas que empezarán a desaparecer a partir de hoy pertenecen al grupo E dentro del sistema de clasificación energética de la Unión Europea, es decir muy poco eficientes en cuanto a consumo se refiere, mientras que las lámparas fluorescentes, consideradas como las más ahorrativas, se ubican en el grupo A.
Una vez que aceptemos las bombillas de ahorro de energía, nos daremos cuenta que en realidad son considerablemente más baratas: según la Comisión Europea, las bombillas incandescentes consumen entre 4 y 5 veces más energía que las compactas fluorescentes. Es decir, una familia promedio se ahorrará anualmente unos 50 euros.
Y sin duda que el más beneficiado será el medio ambiente, la UE estima que la conversión hacia dispositivos de iluminación eficientes se traducirá en un recorte de 15 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono (CO2).

Fuente: Ecología Blog

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