La rotura, causada por las precipitaciones en pleno proceso de embellecimiento y urbanización del paraje, trastocaron los planes. “Siempre ha sido un espacio emblemático para nuestro pueblo y queremos que así lo siga siendo”, dice Martín.La situación supuso que el pozo del cerro de la Cal, que abastece al municipio, se vio colmado por las lluvias que cayeron desde el pasado año y el caudal va directamente a la Fuente Amuña, lo que significa que el suministro está asegurado para los próximos ejercicios. “Ya hace casi dos años se palió algo la sequía, pero el pozo del cerro de la Cal aún no había llegado al límite.
Gracias a las últimas lluvias que cayeron, el rebosadero de este pozo, la Fuente Amuña, vuelve a tener agua, como históricamente había sido”, comenta Martín. El agua es un elemento fundamental en la idiosincrasia alcaudetense, pues siempre ha formado parte de las vivencias más profundas y antiguas que han conformado su espíritu.
En los tiempos modernos sí que es cierto que ha disminuido su importancia al haberse tecnificado la agricultura y la vida doméstica. En el municipio son muchos los manantiales desaparecidos, pero otros han resistido gracias a la intervención del Ayuntamiento. La reforma de la Fuente Amuña y su entorno es un proyecto importante, con una inversión que supera los 120.000 euros.
En su momento, una entidad financiera fue muy receptiva al proyecto para poner en valor este lugar. Por otro lado, en los últimos años se ha acometido una labor de restauración de los numerosos lavaderos públicos, entre otros los de Fuente Zaide, Fuente Nueva y Palomar.
El objetivo del equipo de Gobierno local consiste en aprovechar la riqueza y variedad hídricas existentes en Alcaudete y en su amplio término municipal. Ana María Bermúdez.
Fuente: Diario Jaén
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