LOS JUBILADOS Y SU PAGA (Quejas de un pensionista)

Cuando se llega a la edad de jubilación, la mayoría comenzamos a ver las cosas de otro color, y todo nos suele parecer bien, incluso cuando nos toman el pelo.
Han pasado ya unos días desde que “Papá Estado” nos dio la noticia, según la cual, los jubilados y pensionistas hemos ganado en 2009 un 1,6% en poder adquisitivo, y “se quedaron tan panchos”, pero no por nada, simplemente porque se han ventilado la “paga compensatoria del mes de enero” que deberíamos recibir jubilados y pensionistas en el 2010. Pequeña paga de unas 10.000 pesetas, pero al fin y al cabo ayuda a compensar pérdidas del poder adquisitivo de los jubilados .
Yo soy uno de los muchos jubilados que hacemos la compra diaria, y la verdad es, que me tendría que cambiar de gafas para ver la tan cacareada bajada de precios que se ha producido a lo largo del 2009 y, que un día si y otro también, las televisiones también repetían esta misma canción .
Los precios “no han dejado de subir”. Hemos podido ver subidas superiores al 6 u 8%, como en la luz y en la inmensa mayoría de los productos, excepto en aquellos que ya de por sí tenían un precio abusivo, como la leche Puleva Omega-3 (1,39E), y esto lo podría confirmar la cesta de la compra.
Nos dicen que la bajada de precios se debe a la bajada de los precios de los carburantes, pero no se ven tales bajadas en los precios de las gasolinas.
Quizás a ellos les regalen todo o casi todo.
Para colmo de males, este año “nos han bajado las pensión”, pues cobramos menos que el año pasado. La situación económica es preocupante y, con mentiras nos quieren hacer creer lo contrario.
A nuestra edad preferimos que nos hablen claro y, nos digan que estamos en crisis, y que por tanto hay que apretarnos el cinturón, pero todos los españoles, claro está, parlamentarios, presidentes y, hasta el mismísimo Rey.
El Rey y los Presidentes, siempre deben ser los primeros para todo, incluso para apretarse el cinturón, puesto que el suyo siempre será de mejor calidad que el nuestro.
En fin, que solo les ha quedado contarnos el cuento de “Caperucita Roja”, no por nada, simplemente para que nos durmamos un poco más.

Carlos Alberto Mountaner
Tarragona