martes, mayo 19, 2009

¿Dónde están los ruiseñores?


CARLOS SENTÍS escribía hace tres años:
"... el ruiseñor, este pequeño pájaro, difícilmente se deja ver, enzarzado como vive entre malezas, preferentemente en húmedos recodos. Además, es parduzco y se confunde con otros pájaros. Si no se deja ver, sí quiere, en cambio, dejarse oír. Sus cambiantes melodías registran bajos y altos, a veces bastante agudos. Los machos no quieren solamente hacerse oír por las hembras pretendidas, sino que quieren ser admirados por propios y extraños. No cantan en cualquier circunstancia. Aguardan momentos de relativo silencio y quieren cantar cuando los otros pájaros enmudecen. Será seguramente por ello que el ruiseñor canta no solamente en los atardeceres, sino durante la noche. Busca los momentos serenos para sus serenatas..."
"...En el plan de protección de aves migratorias que elaboran las autonomías españolas no incluye, naturalmente, el ruiseñor, porque no acude a las marismas o zonas pantanosas, que son las protegidas, sino que va individualmente por su cuenta y razón. Acude a los mismos sitios que ocupó en años anteriores y no acostumbra a alejarse de ellos. No rehúye la proximidad del hombre, pero sí sus ruidos. ¿Es por ello que en un pueblo ruidoso como el nuestro desciende el número de ruiseñores? Ignoro si determinados ornitólogos poseen alguna estadística, pero sin ninguna investigación especial noto todos los años mayor carencia..."
Luego una de las causas de su desaparición son los motoristas a escape libre y el vocerío, o sea que por una u otra razón ya no se oye más al ruiseñor aposentado en el arbol, desde donde todo lo puede ver sin ser visto.
Es posible, tambien, que el descenso del ruiseñor se deba, como ocurre con otros pajaritos insectívoros, a la profusión de insecticidas de nuestros cultivos. Sin mosquitos ni gusanos no hay comida para ellos y, así, no vuelven, si son migratorios, o desaparecen, en similar proporción, los permanentes.
Lo que si está claro es que el ruiseñor anida en los setos de nuestro parque, o anidaba, porque los gatos a los que alimentamos incoscientemente y que a la postre son felinos casi han acabado con los ruiseñores que acostumbraban a alegrar nuestro oido en las noches.
El caso es que ante la indiferencia general nos perdemos unos momentos melódicos en la serenidad de los anochecidos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ni que decir tiene que el uso, o el abuso, de los pesticidas y demás productos utilizados hoy día en la agricultura tienen una notable influencia en la conservación de nuestra fauna autoctona, pero más alarmante es, sin duda, que sea el factor contaminacion acustica el que pueda influir en que estos entrañables animalillos sean cada vez más escasos.
Es una triste lastima que se consienta por parte de nuestra autoridad, el abuso de estos cacharros de hacer ruido que campean a sus anchas por nuestra Localidad. Quizá deberiamos tomar nota de otras provincias donde actualmente se estan requisando por la autoridad competente todo tipo de vehículo que supere el límite de decibelios permitido por la legislación viegente. Yo siempre he sido defensor de que las Leyes estan para cumplirlas y la autoridad está para hacer que las mismas se cumplan, es así de sencillo.
Así pues, aprovecho para mainifestar mi total repulsa hacia todos aquellos que, consentidamente, contaminan nuestro medio con sus ruidosas motocicletas, con sus discotecas móviles, etc. etc.
Desde aquí mi tiron de orejas para los dirigentes que hacen "oidos sordos" ante esta insufrible situación, estando más del lado de la minoría que incumple la ley, que del ciudadano que quiere, pero no puede, mantener nuestra ya casi perdida calidad de vida rural.