
Después de limpiarla con una mezcla desodorizadora (bicarbonato de sodio mezclado o vinagre con agua), una de las fórmulas es colocar un plato con un limón cortado por la mitad y pinchado con todo el clavo que admita.
Otras opciones absorbeolores son colocar dentro del frigorífico un trozo de carbón vegetal, una taza con bicarbonato sódico o el poso del café molido, y renovar cada dos semanas.
¿El problema es el queso? Contra el olor del queso en el refrigerador sólo hay que poner una ramita de tomillo recién cortado dentro de la tabla de quesos, y luego taparla con la campana.
Existe, por último, un truco que consiste en introducir un vaso de leche hirviendo, cerrar la puerta y retirar al día siguiente. Con esto, habremos conseguido que la leche absorba los olores, por lo que tras retirarlo es mejor abstenerse de beberla.
Fuente: Ecología Blog
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